Los valores de pruebas comparativas internacionales como PISA, aunque algunos pudieran criticar algunos de sus elementos, estos deben ser usados con gran seriedad y lucidez por los países. Es lo sabio a hacer.
Al formar parte Costa Rica de la OCDE, nos beneficiamos de lo que esto representa, pero también aumenta la visibilidad de nuestra performance. No solo por supuesto en educación. Pero esta dimensión es crucial. Lo bien y mal que salgamos en PISA tiene un mayor escenario. Y eso plantea por supuesto responsabilidades, para avanzar. Ya no son los resultados locales frente a los cuales podemos ser indulgentes o disimular con buenas intenciones o no. Es un punto de partida para mejorar. Redobla o debería redoblar nuestros compromisos.
Estos son los valores absolutos de los rendimientos en las Pruebas PISA de los jóvenes costarricenses desde el 2009:
2009 | 2012 | 2015 | 2018 | 2022 | |
Competencia | |||||
Lectura | 443 | 441 | 427 | 426 | 415 |
Ciencias | 430 | 421 | 420 | 416 | 411 |
Matemática | 409 | 407 | 400 | 402 | 385 |
Lectura siempre ha ocupado el mejor lugar en estas pruebas seguido por ciencias, y luego matemática. En 2022, matemática cayó más puntos (17) que lectura (11) y ciencias (5). A nivel internacional una caída menor en ciencias también sucedió, y aun no se tienen explicaciones.
En el 2022 lectura y ciencias redujeron los puntos de diferencia entre ellas a solo 4, en 2018 fue de 10, en el 2015 de 7, de 20 en el 2012, 13 en el 2009. ¿Qué pasa con lectura que ha sido nuestra competencia mejor calificada?
PISA en 2022 realiza un estudio sobre los resultados en la década 2012-2022 y en el caso de Costa Rica aporta estas gráficas:
Las tres competencias decayeron entre 2009 y 2022. No obstante, hay diferencias. Matemática tuvo una subida relativa en 2018 y lectura, aunque menos, también subió (había tenido un comportamiento más bajo en 2015). Ciencias decayó básicamente sin cambios.
Pisa ofrece una tabla síntesis sobre Costa Rica:
Entre el 2012 y 2022, la pérdida en lectura fue de 23,2; en matemática 20,3, en ciencias 17,5. Es decir, de acuerdo con estos datos, lectura tuvo una caída mayor en toda la década.
Este mismo cuadro nos indica que entre 2012 y 2022 aumentaron los porcentajes de jóvenes con los menores rendimientos (menos del nivel 2) en matemática con 12 por ciento, lectura 14,7, y ciencias 11,4. De nuevo, vemos una caída de indicadores positivos en lectura más que en otras competencias.
Esas son tendencias históricas que nos deberían ayudar a comprender la situación.
El decaimiento educativo no es un fenómeno exclusivo de Costa Rica. Este informe PISA señala:
Véase los gráficos:
Las razones generales de la caída 2018-2022, sin duda, son debidas al impacto de la pandemia. No obstante, el comportamiento evidencia que hay razones estructurales que no se limitan a la Covid-19. Importante, hay países (incluso latinoamericanos) que mejoraron sus rendimientos (como Perú). ¿Por qué?
Es una tarea internacional y para cada país valorar qué es lo que ha pasado, para trazar sus planes estratégicos.
En el caso de Costa Rica, esta reflexión es esencial.
Una advertencia. Los valores absolutos si bien pueden dar una visión general de la situación, es muy importante estudiarlos de manera relativa, es decir los números no de forma aislada sino en conexión con el resto de los países, regiones o grupos. Por ejemplo, qué significa obtener en lectura 415 puntos en 2022 versus 426 en 2018 asociado a América Latina, la OCDE o a todos los países. En cada año los países fueron distintos y los promedios obtenidos distintos. El análisis relativo brindaría una mejor valoración del significado de los resultados para cada prueba. Un ejemplo sobre esto, el especialista en matemáticas y didáctica de la Estadística, Edwin Chaves, hace unos años nos demostraba cómo en el caso de matemáticas el puntaje que obtuvo Costa Rica en 2012 (407) fue relativamente más malo que los obtenidos en 2015 (400) y 2018 (402), a pesar de que los valores absolutos mostrarían algo diferente.
Las tendencias generales (observadas durante varias pruebas) con valores absolutos o relativos son, sin embargo, implacables para nosotros. Costa Rica, que siempre ha estado en el último vagón del mundo que participa en estas pruebas, ha decaído desde su primera incursión en PISA en 2009, salvo por un comportamiento con dirección positiva entre 2015 y 2018 (especialmente en matemáticas). Razones estructurales: ¿financiamiento? ¿Gestión administrativa? ¿Gestión de aula? ¿Calidad de agentes educativos? ¿Formación docente? ¿Factores socioeconómicos y culturales nacionales? Muchos de estos factores han sido analizados durante años por los Informes del Estado de la Educación en Costa Rica.
Los países desarrollados tendrán muchos más recursos materiales y humanos que los que están en vías en desarrollo para revertir el retroceso que indica PISA.
Las tendencias generales internacionales o nacionales no necesariamente son una lápida inamovible. Hay que encontrar las estrategias adecuadas y eso sí: en el tiempo apropiado con el sentido de urgencia que tenemos encima. Insisto: no nos limitemos a pensar en los resultados del 2022, pensemos en los que deseamos tener en el 2025.
Ángel Ruiz es especialista en la Historia y Filosofía de las Matemáticas, y en diversos temas de la Educación Matemática, especialmente el currículo.
Tiene más de 300 publicaciones académicas (incluidos 36 libros).
Ha sido conferencista invitado en más de 170 eventos presenciales en 25 países de todos los continentes.
Es el único latinoamericano que ha ocupado durante dos mandatos la vicepresidencia de la Comisión Internacional de Instrucción Matemática ICMI.
Fue durante 8 años miembro de la Comisión de Países en Desarrollo de la Unión Matemática Internacional.
Ángel ha sido presidente del Comité Interamericano de Educación Matemática desde 2007.
Desde 2012 ha sido director/presidente de la Red de Educación Matemática de América Central y El Caribe.