La forma en que se integran los objetos curriculares centrales de los Programas de Matemáticas vigentes en Costa Rica es coherente y sumamente original. Si bien se parte de conocimientos matemáticos, lo que se propone es el desarrollo de habilidades asociadas a estos. Esto es significativo, pues así se debe indicar con precisión las capacidades que se espera posean los estudiantes sobre un tópico matemático. En el pasado muchos programas fueron en esencia listados de contenidos, casi como si fueran índices de libros de texto.
Las “habilidades” se diferencian entre específicas y generales, aunque siempre asociadas a las áreas matemáticas. Las primeras son para desarrollarse en periodos cortos de tiempo (“Para sumar números naturales menores que 100”), las segundas en plazos mayores como los ciclos educativos del sistema educativo de Costa Rica (“Para sumar números naturales”).
Integración de habilidades
Hay en todo esto, sin embargo, un detalle importante: se busca generar las habilidades a través de procesos graduales y, algo esencial, de manera integrada. No se debe pensar en habilidades específicas como los objetivos programados típicos del conductismo. Las habilidades no son binarias: se tienen o no. En su desarrollo hay etapas.
¿Cómo se hace la integración? Se debe hacer mediante problemas escogidos con cuidado para desencadenar los aprendizajes que se desean. Esto sin duda necesariamente impacta el planeamiento y también la evaluación.
Por supuesto, no siempre es posible la integración de habilidades. Dependerá de los temas.
La advertencia: si se trata de implementar las habilidades como los “objetivos” de currículos anteriores se fracasa. Nunca alcanzaría el tiempo lectivo, ni tampoco se lograría la visión de la nueva enseñanza con sus múltiples elementos.
Los tópicos matemáticos son una referencia sobre los cuales se definen y desarrollan habilidades. Este énfasis en habilidades cambia la óptica de la acción educativa.
La integración de habilidades, evidentemente, posee sentido en los Programas costarricenses del 2012, con una poderosa visión pedagógica.
Y nunca se debe olvidar que el desarrollo de habilidades es necesario pero no suficiente. Las capacidades cognitivas superiores deben estar presentes también en esta ecuación educativa.
Todo esto invoca paradigmas diferentes sobre la preparación escolar.
Ángel Ruiz es especialista en la Historia y Filosofía de las Matemáticas, y en diversos temas de la Educación Matemática, especialmente el currículo.
Tiene más de 300 publicaciones académicas (incluidos 36 libros).
Ha sido conferencista invitado en más de 170 eventos presenciales en 25 países de todos los continentes.
Es el único latinoamericano que ha ocupado durante dos mandatos la vicepresidencia de la Comisión Internacional de Instrucción Matemática ICMI.
Fue durante 8 años miembro de la Comisión de Países en Desarrollo de la Unión Matemática Internacional.
Ángel ha sido presidente del Comité Interamericano de Educación Matemática desde 2007.
Desde 2012 ha sido director/presidente de la Red de Educación Matemática de América Central y El Caribe.